domingo, febrero 27, 2005

El Juego de las Mascaras

Quizas en otro siglo las mujeres serviamos para el matrimonio o el convento y nada mas. Ahora el caso es distinto (ni tanto), si bien se nos han abierto posibilidades para desarrollar nuestros lobulos cruelmente atrofiados, las mas motivadas, porfiadas e insolentes, insistimos en recuperar la libertad que nos pertenece por derecho y ejercer la alegria y la pena desde la auto invencion, ya que carecemos de modelos y de una educacion para la libertad desde el utero que algun dia nos protegio.

Crecemos, entonces, siendo distintas de las que siguen el camino acostumbrado para no causarse problemas, y somos tachadas de conflictivas, peleadoras, poseedoras de mal caracter y de tener la personalidad en los ojos. Hombres, nunca acostumbrados, ni si quiera interesados en la empatia por el otro, insisten en tratar de entender lo inentendible, amar lo que no es a priori amable y comprender lo que racional y emocionalmente no cabe dentro de sus cabezas.
Ahi es cuando empieza un cruel juego de mascaras.
Muy a nuestro pesar insistimos en ser honestas y transparentes. Por que engañar al mundo con una mascara de lo que no somos ni pretendemos ser? Podemos causarle miedo a los demas? Conozco el rechazo de cerca, al perjuicio antes preparado y siento las miradas por sobre la nariz, cosas que nunca me han importado hasta el punto de la entretencion con la reaccion de las personas.
Pero en algun punto de la vida uno quiere un compañero; no pretendiendo ni la empatia ni la comprension, pero si un ser poderosamente inteligente cuyo avanzado intelecto le permita "laisser faire", dejar que la otra personalidad que acompaña sus pasos se desarrolle, incluso equivocandonos (derecho adquirido desde el comienzo de la vida del universo), independiente, fuerte y debil algunas veces, pero siempre independiente.
La equivocacion maxima y absoluta que uno estupidamente puede repetir es esperar que el otro respete nuestra persona con absoluto amor.

A caso, es tan terrible ser honesto?

Personalmente prefiero responderle a una persona que lamentablemente me cae como las huevas y por eso no lo visito ni lo saludo, de la misma forma me permito sentirme atraida intelectualmente por un sinfin de personalidades y hablarles hasta que los atosigo y se desmayan con tantos endecasilabos.
Y las mujeres esperamos de nuestro compañeros cosas similares a las que entregamos: intelectualidad, respeto y libertad. Pero por sobre toda las cosas, la misma honestidad y claridad con la que sin ningun pudor nos presentamos.
Aqui viene la tragedia.
Otra vez el juego de las mascaras.
La libertad "otorgada", mas bien dicho, respetada, y la admiracion por nuestros defectos y el esmero por evolucionar en la vida hasta que el karma ya no nos de para mas, se transforma en una intolerancia primitiva, el irrespeto al ser y en consecuencia, una prision moral de la que hemos venido escapando toda la vida.
Frente a que nos encontramos? Frente a alguien a quien desconocemos y que hemos amado y admirado por los dones que alguna vez nos entregaron, pero que ahora no existen porque constituian una mascara propiciada por un cierto miedo a hacernos frente.
Toda la historia que se ha compartido se plantea como una duda frente a la verdad y a la certeza.
Y quedo flotando nuevamente en la nada, con las ganas irrefrenables de arrancar para no perder mis pasos evolutivos y mantener la fuerza de la que siempre me he afirmado con los dientes..
A estas alturas de mi vida, me puedo jactar de no perder (salvo durante ciertas crisis depresivas que soluciono con un un ravotril y un par de libros) mi libertad, mi independencia y mi intelecto. Tristemente, puedo afirmar que la desilucion y la pena siempre me acompañaran hasta que encuentre a alguien que sepa amar (siempre es un aprendizaje) sin un complejo matriarcal encasillado en postres de abuelita, y con el respeto necesario frente a otra persona para crecer a la par y en formas distintas.
No quiero admitir nunca que para ser libre no hay nada mejor que comportarse como un hombre. Podre mantener mis principios femeninos y mi rectitud para lograr lo que todavia, y por desgracia, no conozco, salvo cuando estoy sola.
La soledad es la unica solucion, por ahora, para ser libre, porque increiblemente, cerca de alguien la libertad se pierde porque el respeto, el amor y la admiracion se producen cuando el juego de las mascaras comienza.
Y yo soy demasiado honesta para eso.