Ya por añejos vinos corre sangre, corren caballos negros y el sol relumbra.Entre banderas fuertes sujeto tu ilusión, como un pájaro rojo a la orilla de los dramáticos océanos de números; y, cuando las viejas águilas atardecen tus pupilas de otoño,mi pasión enarbola sus ámbitos a la vanguardia de aquellos ejércitos tremendos,en donde relucen las calaveras de los héroes.
martes, diciembre 06, 2005
Arrastrando la mochila
Las fuerzas se me estan acabando. Debe ser porque es fin de año, que se me estan acabando los medicamentos, que mi ex marido me hizo mierda el auto, que los tobillos se me doblan y termino rodando escaleras abajo por el metro Pedro de Valdivia.
Camino tan lento que las puertas del ascensor siempre logran robarme algo.
Ya no puedo levantarme bien y me duermo de pie, igual que los caballos.
Pagaria a medio dia por estar en pelota en mi casa sin hacer nada. Juro que son ganas de dormir, pero cuando llego al departamento, ni eso consigo.
Me molesta el sol, extraño la lluvia, siento nostalgia de lo que nunca he tenido.
Quiero cocinar lasagna y termino en salchichas con pure.
Por lo menos, las nuevas cortinas no dejan pasar el sol a mi pieza, y eso me alegra.
Estoy, realmente agotada.
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