sábado, agosto 27, 2005

Y los muchachos del barrio le llamaban loca, y unos hombres vestidos de blanco le dijeron veeeeeeeeeen!!!!

La fuerza de la naturaleza me llama como a una bestia hambrienta. La locura me tiene poseída. O es el agua, el cambio de la temperatura, qué mierda es, no sé. Termino la semana después de que mi hemisferio derecho (les conté que no tengo hemisferio izquierdo? =>ah-ah=>no crean que eso explica todo) atraviesa por un campeonato de squash de las emociones, y solo sobrevivo gracias a mis gotitas de teflón que me traje en 7 hermosas botellitas de Francia. Manejo la Joyita, mi Yaris Sport por las calles para llevar a la Exorcista a su Exorcismo y la perversión que ya creía agotada en mí empezó a sudar por mis poros. Ví el río desbordarse, ví el árbol flotar y lo único que quise fue desnudarme y correr hacia el río, revolcarme en el barro y amarrarme al árbol, ver más agua y más ríos fueras de sus caudales. Hundirme y volver a salir, ver como todo se salía de control y yo no lo podía manejar, pero no solamente eso, yo quería participar, yo quería hacerlo reventar, yo quería que explotara conmigo adentro. Me vine lo antes que pude.
Todavía no me puedo despegar de mi vidrio.